No debemos extrapolar la cuestión y malinterpretarlo a tal punto, que consideremos que cualquier civilización superior en tecnología ha de ser necesariamente destructiva, invasora, manipuladora y "comegente". La nuestra no es caníbal, pero lamentablemente tiene los otros "atributos".
En ese caso bien podemos encuadrar al dios del Antiguo Testamento, pero generalizar la idea es contrario en muchos sentidos a los "dioses" que construyeron las pirámides. Ellos han sido muy bien recordados por sus enseñanzas, por su criterio protector y magistral, por su didáctica acompañada de realizaciones y entregas cuidadosas de la tecnología.
Estos piramidólogos ancestrales nos dejaron un legado que tiene que ver con la Vida, con la Trascendencia, con el Amor, con la Ciencia... No tuvieron esclavos a los pueblos, sino que les enseñaron, les ayudaron a evolucionar, les liberaron en muchos aspectos, empezando por las enfermedades. Por cierto, cosa muy diferente a lo que hizo un tal Moisés, infiltrado como un cuco en el pueblo egipcio, mandado por un dios más cruel que todos los conocidos o imaginados por cualquier pueblo, dispensador de plagas, enfermedades y miserias ¡Vaya dios, ese!.
Hay una Runa que se llama Odil
Ese de la Runa Odil era el verdadero símbolo de la cristiandad primigenia, la de Iesus el Esenio; uno de los símbolos principales de Mithra, de los Vikingos, de muchos pueblos desde hace seiscientos millones de años.
Aparece en algunos lugares de Abydos y en Edfu, y si mal no recuerdo, también en Kom Ombo.
Extracto de Gabriel Silva